Nuevas investigaciones rompen el estereotipo triste y melancólico de Rosalía de Castro, como una intelectual alegre, diversa, que practicaba el teatro, la declamación y la música. Una pensadora que logra denunciar en su poesía la exclusión femenina, la pobreza infantil, la opresión de la lengua gallega, el analfabetismo, y, en definitiva, la opresión de todo un pueblo. Su filosofía y poesía, inseparables, responden a los cánones de las obras de denuncia y compromiso social y político.